miércoles, 5 de junio de 2013

Cap. 8 Segundo Acto: Materializando recuerdos.

Darle significado a un objeto, mirarlo y recordar por qué está ahí. Muchas veces nos limitamos a mirar lo que nos rodea, pero no vemos más allá de lo que representa cada objeto. No está ahí sólo por casualidad, representa un concepto y una historia, por muy insignificante o poco interesante que parezca.

30 de Mayo


Nos reunimos esta vez con el objetivo de conectar recuerdos con ayuda de lo material. Aquel objeto que es imprescindible en tu vida. Jamás lo venderías, regalarías o si por esas cosas de la vida se pierde... lo notarías de inmediato. Este "amuleto" es el que debíamos tener en nuestro poder en esta ocasión.


Al igual que la semana pasada, aquellos que tenían que realizar esta dinámica, formaron un círculo pequeño con todos los objetos al centro, donde luego, a cada uno le correspondía tomar el objeto y básicamente explicar por qué llevó ese objeto y no otro. La mayoría, la noche anterior no sabía qué elegir de todos las cosas que había en su casa, pero por otro lado, se propone este análisis personal de qué objeto es realmente importante. ¿Qué pasaría si se llega a perder? ¿Si se rompe?

Estoy segura de que en ese momento lo material, lo lindo o lo caro que fuese no importó en absoluto. Historias muy emotivas y sobretodo personales fue lo que se vivió en ese lugar. Una conexión de recuerdos y de personas esenciales que han pasado por nuestra vida, que quizás muchos no nos hemos dado el tiempo de analizar. Yo no sabía que los amigos eran tan importantes, hasta que escuché las historias de mis compañeros. Ni tampoco sabía que los recuerdos podían llegar tan rápido a nuestra mente como si hubiesen ocurrido ayer.


El impacto que tenían estos recuerdos, fue el mismo que se vivenció la clase anterior. Un impacto más que nada real, y contundente que no teníamos intención de disimular. 

Recuerdos de familiares fallecidos, vivos, presente o ausentes llegaron a la memoria para quedarse un buen rato. Fue un desarrollo progresivo que no tuvo límites de ningún tipo, se sigue con la idea de dejarse llevar y liberar ideas. 

Lo único que puedo criticar... es que esto sólo se dé una vez a la semana. Y los demás días sé que no son inútiles, sólo irrelevantes para mi. No sé si con el cambio de malla las cosas mejoren. 

Independiente de eso, trato de aprovechar este momento de la mejor manera, pocas veces me ha tocado con el mejor ánimo, quizás por el día... la hora. 

Me quedo con esto: Cada objeto tiene una historia, pero no lo sabemos hasta que nos damos el tiempo de recordar cada una.

Y todo un coro infantil 
va cantando la lección: 
«mil veces ciento, cien mil; 
mil veces mil, un millón». 

Una tarde parda y fría 
de invierno. Los colegiales 
estudian. Monotonía 
de la lluvia en los cristales.

Antonio Machado

Para encontrar la niña que fui... y algo de todo lo que perdí, miro hacia atrás y busco entre mis recuerdos.